Formar para transformar: La imperiosa necesidad de la alfabetización en IA desde la Educación Primaria
Formar a los docentes en IA no es una opción, sino un imperativo para preservar la esencia del aprendizaje humano. El objetivo final es que el maestro o la maestra actúe como un puente, enseñando a los niños y niñas a ser ciudadanos digitales activos que dominen la tecnología para potenciar su propia inteligencia y creatividad, sin quedar atrapados en una "dependencia tecnológica" que atrofie su capacidad de pensar por sí mismo.
EBoixader
12/25/20253 min read
La Inteligencia Artificial (IA) ya no es una promesa del futuro, sino una realidad cotidiana en la vida de los menores. En España, el 82% de los alumnos no universitarios ha utilizado alguna vez herramientas de IA, y ChatGPT se ha convertido en la séptima web más visitada por menores de entre 4 y 18 años. Ante esta integración masiva, surge una necesidad urgente: formar a los docentes de Primaria para que lideren la transición de un alumnado que consume tecnología de forma pasiva a uno que la comprende y utiliza de manera crítica y ética.


1. La brecha en la formación docente
A pesar de la rápida adopción tecnológica por parte de los estudiantes, existe un desfase preocupante en el sistema educativo. Se estima que solo el 31% del profesorado ha recibido formación específica en IA educativa. Sin esta capacitación, los docentes corren el riesgo de ver su rol diluido o de que el alumnado utilicen estas herramientas de forma desinformada, limitando su aprendizaje significativo y delegando sistemáticamente sus capacidades intelectuales en algoritmos.
La formación no debe ser meramente instrumental, sino pedagógica y ética. Un docente formado es capaz de integrar la IA como un recurso complementario que potencia la labor educativa, en lugar de permitir que la tecnología usurpe funciones cognitivas humanas esenciales.
La alfabetización en IA debe comenzar en los primeros cursos de Educación Primaria. No se trata de enseñar programación avanzada, sino de desmontar la falsa idea de que la IA es “magia”. Los niños pueden entender, desde edades tempranas, que estas herramientas son programas creados por personas que aprenden a partir de datos. Utilizando actividades "desenchufadas" que vayan construyendo el pensamiento computacional.
Desde los cinco o seis años, el alumnado es capaz de comprender que sus dibujos, sus elecciones o las recomendaciones que reciben en plataformas digitales generan datos que las máquinas utilizan para identificar patrones. Un ejemplo especialmente eficaz es el juego Quick, Draw! de Google: mientras los niños dibujan, la IA intenta adivinar qué representan. Esta experiencia permite explicar que, al jugar, están ayudando a la máquina a aprender y mejorar.
2.- El primer paso: ¿Qué es y cómo funciona?
3. El segundo paso: El uso responsable y creativo
Una vez que el alumnado comprende la base técnica, la formación debe avanzar hacia el uso guiado de la IA generativa para potenciar habilidades de orden superior.
Personalización y apoyo: La IA puede actuar como un tutor 1:1 que adapta el contenido y la dificultad a las necesidades de cada niño, facilitando la inclusión de alumnos con necesidades especiales.
Ejemplo concreto: En asignaturas de lengua, el alumnado puede usar herramientas como Machine Learning for Kids para entrenar modelos sencillos que reconozcan sentimientos en textos o gestos a través de la webcam, integrándolos después en programas de Scratch.
Fomento de la curiosidad: El 66% de los padres considera que la IA estimula la curiosidad natural de los niños al ofrecer respuestas inmediatas y entornos interactivos.
La formación docente es la única garantía para evitar riesgos cognitivos graves. Sin supervisión, el uso de la IA puede llevar a la "descarga cognitiva", donde el cerebro reduce su esfuerzo al percibir que una herramienta externa realiza la tarea, lo que debilita el desarrollo del pensamiento crítico y la creatividad.
Es vital enseñar a los estudiantes a no aceptar la información de la IA al pie de la letra, ya que estas herramientas pueden sufrir "alucinaciones" (generar datos falsos que parecen reales) o perpetuar sesgos discriminatorios heredados de sus datos de entrenamiento.

4. Mitigar riesgos: Evitar el "sedentarismo cognitivo"
La IA se está utilizando ya en Primaria, y mucho más de lo que nos pensamos, y sin formación docente es como dar un coche potente a alguien que no conoce las normas de tráfico; la formación es el manual y el profesor es el instructor que garantiza que el viaje sea seguro y llegue a buen puerto.
NO MIREMOS A OTRO LADO, ESTA VEZ LA FORMACIÓN DOCENTE NO ES UNA OPCIÓN ES UNA NECESIDAD.



